Nada más serio que el humorismo de Alejandro Neyra. En Peruanas ilustres exhibe una vez más su capacidad para presentar, aludir o comentar la realidad peruana de ayer, hoy y mañana, resaltando el lado risueño, ridículo y absurdo de la peruanidad. Pero tanto su agudeza como su sensibilidad frenan a tiempo lo que podría convertirse en melcochiste o metachongo narrativo. De hecho, sus crónicas y biografías ficticias destilan una intención mayor que la de buscar que el lector prorrumpa en carcajadas.